Celebra hoy la Iglesia el día de la Palabra de Dios. Uno de los graves fallos que tenemos los cristianos es que la Palabra de Dios es nuestra gran desconocida. La Biblia, donde encontramos esta Palabra, sigue siendo un simple libro, que a veces ni sabemos dónde lo hemos dejado si es que lo tenemos en nuestras casas.
Ya San Jerónimo, que tradujo la Biblia a la lengua del pueblo cuando aún en el Imperio Romano se hablaba el latín, nos decía que desconocer la Palabra de Dios es desconocer a Cristo.
Este día de la Palabra de Dios es una invitación a leer la Biblia, como lo hemos propuesto en nuestras parroquias comenzando con una lectura del evangelio de cada día. Leer es el primer paso para conocer. Si no leemos, no sabemos lo que Dios nos dice. Por eso, cuando leemos la Biblia en nuestras celebraciones, como hacemos este y todos los domingos, acabamos diciendo que es Palabra de Dios, no una ocurrencia del cura o de los lectores. También podemos leer la Palabra de Dios en casa, en ratos de tranquilidad… Así vamos conociendo a Jesús.
Conocer para amar. Si desconocemos a Jesús, será para nosotros alguien que vivió hace mucho tiempo, que los curas nos hablan de él en la Misa, mientras nosotros intentamos estar a lo nuestro, con el pensamiento en otro lado. Al final viene a ser alguien que no merece la pena. Sin embargo, Jesús es el que nos enseña el camino de la felicidad, nos ayuda y nos acompaña, nos enseña a vivir la vida, que es el mayor regalo que Dios nos ha dado. Descubriremos que es alguien importante y necesario para nosotros y nuestra felicidad. Y a ese Jesús que descubrimos es el Jesús en quien podemos amar de todo corazón, como él nos ama a nosotros.
Y aprenderemos a actuar y a vivir. Lo que nos enseñó Jesús no fueron programas políticos, ni filosofías, ni historietas para leer. Nos enseñó a vivir. Muchas veces la vida es un desastre que nos llena de agobios y preocupaciones porque no sabemos vivir. Apenas respirar. La vida es regalo de Dios y tiene un prospecto para vivirla: las enseñanzas de Jesús que recibimos en la Biblia, en su Palabra, y que nos enseñan a vivir la vida que Dios nos ha dado. Hay veces que no parece que la vida nos la ha dado Dios, sino que nos ha parido una vaca. No perdamos nunca ese libro de instrucciones, ese GPS que es Jesús que nos enseña el verdadero camino de la vida, camino lleno de amor a Dios y de amor al prójimo. Leer la Biblia no es andar despistados en la vida, sino que es la que nos enseña a vivir con los demás, compartir sus vidas, implicarnos en sus problemas, tenerles como hermanos, pero de verdad. Actuar por un mundo mejor, humano y solidario, por el único mundo que merece la pena.
Leer, amar y actuar. Así la Palabra de Dios nos hace felices de verdad. Y qué más podemos desear en esta vida
